La educación era importante pero se
diferenciaba la enseñanza de los nobles, desarrollada en escuelas
especializadas (calmécac)
de la que recibían los macehualtín, los no
privilegiados. La formación debía ser más completa, ya que eran ellos los que
ocuparían cargos importantes en el ejército y en la administración. Eran
formados en derecho, historia, astronomía, religión…, pero también en poesía y
canto.
Como la guerra
tiene una importancia en esta cultura, la educación estaba orientada hacia la
guerra con la preocupación de que los jóvenes fuesen formados en una serie de
conocimientos y prácticas, y en un sentimiento de unión entre ellos. Es de
notar también que la enseñanza de la religión era muy importante, pero también
se aprendía escritura, lectura, historia y música.
A los muchachos se
les enseñaban las tareas que hacían los padres. Y las hijas se quedaban a casa
con sus madres, para aprender las tareas del hogar (limpiar, cocinar…).
Sólo las nobles podían ir a aprender a una especie de monasterio donde vivían
hasta el momento del matrimonio. Para los chicos había dos tipos de escuelas:
el telpochcalli (estudio en la escuela pero se dormía en la casa) y el
calmecacn (internado).
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