La cultura azteca es considerada como el pueblo más religioso de la región de Mesoamérica. Su religión era esencialmente basada en los astros. Los aztecas adoraban a sus dioses, practicaban ritos y rendían culto en los templos sacerdotales. Uno de sus dioses más importante fue Huitzilopochtli, dios azteca de la guerra, representaba al sol. El dios Quetzalcóatl "serpiente emplumada" también era un ser divino ampliamente adorado por otros pueblos mexicanos como mayas, toltecas, chichimecas, etc.
En la cultura azteca, los mitos y ritos eran muy ricos y variados,
y estaban relacionados con la naturaleza. Los cultos más importantes siempre se
relacionaban con el Sol. Eran muy comunes rituales con sacrificios humanos; la
guerra, por tanto, fue una gran proveedora de prisioneros para los sacrificios.
Generalmente todas las energías de la comunidad estaban canalizadas hacia las
actividades ritualistas, realizadas en una serie de escenarios y procedimientos
minuciosos.
Las actividades artísticas de los aztecas fueron muy
influenciadas por las tradiciones olmecas y toltecas. Las esculturas en jade y
las grandes construcciones son ejemplos claros de esas influencias. La
arquitectura estaba vinculada a la vida religiosa, la forma más frecuentemente
utilizada era la pirámide con escaleras, que culminaba con un santuario en la
parte superior.
Los frescos coloridos y las pinturas murales también
destacaron en las artes aztecas. El escriba ostentaba el título de pintor, pues
los jeroglíficos eran acompañados por una serie de cuadros cuidadosamente
diseñados.
La música y la poesía estaban íntimamente vinculadas. Casi
siempre acompañadas por instrumentos, danzas y escenarios, las músicas tenían carácter
religioso.
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